No ocurría desde el año 1918: El 22 de junio de aquel año la ciudad amanecía de blanco. Todos quienes vieron ayer esa nevada eran unos novatos en la materia y, en la mayoría de los casos, disfrutaron del inusual acontecimiento.
Desde aquí, a mas de 40º grados, no pude evitar sentir cierta envidia. Ver fotos de mi casa de toda la vida cubierta de blanco y ese paisaje inusual en esa ciudad donde viví tantas cosas y tantos años me hicieron sentir, quizá por primera vez, un cierto sentimiento de nostalgia que rara vez soy capaz de experimentar.
Ahí están Alicia y Roberto, más conocidos como mis padres, inmortalizando la extraña postal.
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2 comentarios:
Efectivamente querido sobrino, la nieve nos sorprendió y encima un feriado! lo cual fue espectacular..
Por la mañana cuando parecían caer copitos??, pero que no llegaban al piso; nadie se animaba a decirlo demasiado a viva voz.. pero llegó la nieve y con ganas! tal así que en casa (que el frío pega más fuerte) el muñeco de nieve de la casa de al lado sigue en pie!!
Que sorpresa encontrarme con un mensaje tuyo laura, no sabia que visitabas el blog... Bueno, disfrutar la nieve porque hasta que pase otra vez eso... pueden pasar otros 90 años...
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