miércoles, 4 de marzo de 2009

48 horas

Abrazos sinceros y un paisaje que parecía reservado a la memoria. Sonrisas de rostros que no recordaba sonrientes y cuya expresión no tiene valor.

Ver con otros ojos cosas que uno ha amado. Puentes que quería tener frente a mi nuevamente, paseos por lo que fue mi vida y redescubrir que los gritos son más efectivos que el diálogo.

Ellas dos, seguramente los seres humanos más maravillosos con los que he topado. Una vida recuperada por unas horas y sobre todo la sensación de que nada se ha perdido, que los sentimientos siguen siendo tan intensos como siempre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Volver... y renacer. Espero sentir eso de nuevo pronto. Un abrazo