miércoles, 5 de noviembre de 2008

Lo peor del optimismo

El optimismo siempre se ha considerado algo positivo. No es una locura pensarlo, pero el abuso de este no deja de ser un arma de doble filo.

Hoy el mundo se despertó con un sentimiento de optimismo global que, por lo menos desde que tengo memoria, no había vivido. Es la hora de la verdad y el momento de ver ahora si todas las buenas intenciones se concretan. El optimismo no es una de mis virtudes, que le vamos a hacer.

Ahí están oriente medio, Irak y el planeta en general esperando que el mundo sea un poco menos feo.

En estos días me vienen a la mente reflexiones de un buen amigo, que no se cansa de decir que prefiere a los malos que a los menos malos. Llevo unos días con esa idea en la cabeza. Que nos la seguirán metiendo, como siempre, pero con un poquito de cariño, con el peligro que implica que hasta nos pueda acabar gustando. Eso si que me da miedo.

Seré pesimista, pesimista de mierda incluso. Será cobarde de mi parte, pero así me cubro las espaldas. Lo peor del optimismo, por el contrario, es que cuanto mas arriba estás más duro es el golpe después.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay quien dice que los pesimistas son optimistas bien informados, pero...los optimistas también se equivocan, y además, lo pasan peor.
La clave: ser expectante, con la cabeza mínimamente fría como para que no te desilusione el resultado.
Optimista, esa soy yo. Optimista pero no boba, esperando mejoras pero no utopías.
Sra. Garrafa.

Ana González dijo...

Me uno a tu no-optimismo... aunque quizás lo nuestro sea falta de confianza. Para el caso...

(Cuídate, vale? Quiero pensar que estás mejor que bien. Mil besazos enormes)

Anónimo dijo...

Hay quien dice que los pesimistas son optimistas bien informados, pero...los PESIMISTAS también se equivocan, y además, lo pasan peor.
La clave: ser expectante, con la cabeza mínimamente fría como para que no te desilusione el resultado.
Optimista, esa soy yo. Optimista pero no boba, esperando mejoras pero no utopías.
Sra. Garrafa.

Corrijo, que se me fue.
No se qué pasa que sólo puedo escribir mediante anónimo.

Buen fin de semana!

Anónimo dijo...

Y lo bueno del pesimismo es que no esperamos nada, y si no sale bien, ya estabamos mentalizados para ello, y si sale bien... pues oye, no está del todo mal.
No esperemos nada de algo que todavía es incierto, que mientras unos estaban en vilo esperando 'su cambio', otros se éstaban muriendo de hambre sin esperar que nadie les ayudara... Cuanta hipocresia

Seven Cyanidè dijo...

Eso es muy cierto. En muchos aspectos, el pesimismo puede darte sorpresas maravillosas al saber que no era todo como lo pensabas, y en vez de ser un golpe, es un elevamiento gratificante; en cambio, el optimismo te hace elevarte y esperanzarte de una forma tan grande cuando estás viviendo, que luego, las cosas pueden no ser las soñadas, y aterrizas bruscamente... y eso duele.