sábado, 15 de noviembre de 2008

Genialidades

A veces no, siempre. La genialidad se ve en pequeñas dosis. Es un error común esperar de un genio que del primero al último de sus actos sea más que perfecto. Hay que ser un poco idiota, o por lo menos cortito, para pedir a un astro del balón dotes intelectuales o un comportamiento protocolario. Casos de este tipo podría estar hasta mañana enumerándolos.

Hace un tiempo, afortunadamente me di cuenta de este error tan común y comencé a disfrutar de las genialidades ajenas, esperando del genio su arte particular, dejando de lado cuestiones que no son lo suyo.

No me interesa que Valentino Rossi sea malo en algo, que seguro lo será, a mi me gusta verle encima de una moto. Igual que a Tom Yorke hacer música, sin importar que no sea agraciado físicamente

Siguiendo esta máxima, que encuentro completamente lógica y justificada, puedo decir que la genialidad de un ser infalible, implacable y con una calidad de otro planeta es totalmente admirable, a pesar de que se trate de uno de esos genios anónimos a los que sólo unos pocos afortunados pueden admirar.

1 comentario:

Twat Boy dijo...

Si conoces a alguno procura aprender de él, ofreciéndole tu genio (todos tenemos alguno) a cambio.
Un saludo a todos!!