Francisco José Alcaraz deja la presidencia de la AVT (Asociación de Víctimas del Terrorismo), dejando su lugar a Juan Antonio García Casquero. ¿Será este un cambio de figura o realmente un cambio en la forma de hacer las cosas en la asociación? En la respuesta radica el asunto.
Alcaraz se ha dedicado a decir barbaridades y convertir la asociación, que antaño contaba con cierto reconocimiento, en un mero instrumento político de lo mas reaccionario de la ultraderecha española. De ahí la importancia del cambio de Presidente si esto implica un cambio real.
La credibilidad perdida por esta asociación, de la que se desmarca cualquier otra (llámese asociaciones autonómicas de víctimas, como la del 11M) deja en evidencia la poca seriedad del señor Alcaraz, que entre paréntesis no ha dejado muy contentos a muchos asociados por sus gastos (léase gastarse en 2007 la friolera de 6700 euros en concepto de kilometraje).
García Casquero tiene ahora en sus manos dar un golpe de timón y recuperar la credibilidad perdida o seguir los pasos de su antecesor y dejar en evidencia de que pasta está hecha la AVT.
Alcaraz se ha dedicado a decir barbaridades y convertir la asociación, que antaño contaba con cierto reconocimiento, en un mero instrumento político de lo mas reaccionario de la ultraderecha española. De ahí la importancia del cambio de Presidente si esto implica un cambio real.
La credibilidad perdida por esta asociación, de la que se desmarca cualquier otra (llámese asociaciones autonómicas de víctimas, como la del 11M) deja en evidencia la poca seriedad del señor Alcaraz, que entre paréntesis no ha dejado muy contentos a muchos asociados por sus gastos (léase gastarse en 2007 la friolera de 6700 euros en concepto de kilometraje).
García Casquero tiene ahora en sus manos dar un golpe de timón y recuperar la credibilidad perdida o seguir los pasos de su antecesor y dejar en evidencia de que pasta está hecha la AVT.
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