Hoy es un día especial, hoy es San Valentín, una costumbre importada como halloween, en la que los enamorados se regalan tonterías y se declaran el amor que los otros 364 días del año no se tienen.
Los grandes almacenes, centros comerciales y demás hacen en estos días su particular agosta igual que los restaurantes, a los que van los enamorados a comer unos encima de otros para celebrar y aparentar con su amor.
Es tan estúpido como acordarse de las madres y los padres una vez al año o reunirse con familiares a los que se desprecia en Navidad.
Quizá sea porque me encanta llevar la contraria, pero hoy es un día en el que no estoy enamorado. Soy perfectamente capaz de estarlo el 13 de febrero y el 15 de la misma persona, pero hoy, 14 de febrero no quiero estarlo. Hoy sexo y sólo por vicio.
Los grandes almacenes, centros comerciales y demás hacen en estos días su particular agosta igual que los restaurantes, a los que van los enamorados a comer unos encima de otros para celebrar y aparentar con su amor.
Es tan estúpido como acordarse de las madres y los padres una vez al año o reunirse con familiares a los que se desprecia en Navidad.
Quizá sea porque me encanta llevar la contraria, pero hoy es un día en el que no estoy enamorado. Soy perfectamente capaz de estarlo el 13 de febrero y el 15 de la misma persona, pero hoy, 14 de febrero no quiero estarlo. Hoy sexo y sólo por vicio.
4 comentarios:
¡Feliz polvo!
Jaja , qué razón tienes!
Un saludo ^^
Hoy es el día en que los maltratadores regalan ramos de rosas a sus víctimas y les juran que nunca más lo van a hacer...
No sé porqué pero siempre que veo a un hombre con un ramo de rosas me imagino recibiéndolo a una mujer con un ojo morado...
Las floristerías también hacen caja en un día como hoy...¿Queda algún sentimiento con el que no se mercadee?
Me gustan los días en que encuentro notas bajo la almohada. Los días en que aparece una bolsa de golosinas en mi bolso. Me gustan los días en que me encuentro un beso hondo. Los días en que aparece de la nada.
A pesar de todo eso, he de reconocer que tengo menos detalles que un Panda, y que tengo mucha suerte por recibir lo que no doy. Eso sí, en San Valentín no quiero nada.
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