lunes, 10 de agosto de 2009

La ciclotimia de Dublín

Ahora llueve y el un rato seguro que sale el sol, y cuando salga, volverá a llover. Idiota. Porque Dublín es sólo una metáfora de tu existencia. La primavera eterna no es más que una utopía para seguir viviendo, pero no podrías vivir en ella eternamente, porque el sol se convertiría en el más pesado de tus tormentos.

Ahora llueve, si. Pero en un rato volverá a salir el sol para que luego la nubes descarguen nuevamente su ira, porque sin la lluvia el sol no brillaría igual. No te engañes, volverá a llover, pero sabes que harías la danza de la lluvia si fuera necesario. Lo has hecho mas de una vez y lo volverías a hacer.

La felicidad es un invento del corte inglés, o de los delincuentes con sotana, vaya uno a saber. Pero lo más parecido a eso que has conocido, y que vas a conocer, es el verano de Dublín.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues bailemos bajo la luvia entonces. Que ya sabes, no llueve para siempre, ni en Dublin, ni en los corazones.

Adri dijo...

Mucha poesía, poco amor, más nostalgia que seguir.
Muy Bueno... Saludos.

DonBot dijo...

Como anillo al dedo me viene este blog, felicidades. Aquì te dejo una reflexiòn mìa:

MUERTE: NUESTRA PRIORIDAD
Pensar sòlo en ti serìa un engaño, pero no te preocupes, no debes experimentar descepciòn alguna. Tantos sinònimos y significados hay para cada vocablo. Lo que refiero no te hace ver como vìctima. No creas que estoy hablando de la infidelidad, mentira, traiciòn, o esos tantos lìos de enamorados. A quien me remito es al destino inevitable, cuyo letrero de bienvenida se llama MUERTE, y lo que le sigue despùes, sea lo que fuere, es lo que deberìa ser nuestra verdadera prioridad.

Espero que ahora me entiendas. Si pienso sòlo en ti, vivirè con el engaño, pues estarè encerrado en un espejismo, una distracciòn que me mantendrà adormecido, casi inconsciente, dentro del autobùs que recorre la carretera de la vida; y para cuando èste lleguè al inevitable destino, serà muy tarde mi reacciòn.

En otros tiempos habrìa pensado cosas poèticas de ti, cosas abundantes en hipèrboles lujuriosas. Pero ahora, cuando mis amigos son distantes y casuales, y mis enemigos cercanos e inextingibles; ahora mismo, prefiero concentrar mis ideas en una sola prioridad: la MUERTE, pues al fin y al cabo, su visita es inevitable para todos, y por tanto prepararnos para recibirla deberìa ser el pan nuestro de cada dìa. Lo que pase despuès... lo merezco.