martes, 17 de febrero de 2009

Primavera de enero

Era un frío y largo invierno, quizá el más frío y largo de todos. Entonces a una mente privilegiada no se le ocurrió nada más inteligente que ver a la primavera en pleno enero.

Semejante idea era obra de una miss, que como tal era por sobre todas las cosas de condición necia. Es un lugar común, pero la necedad es una realidad en el mundo de las misses.

Había salido el sol, al menos eso parecía, pero la realidad llamó a enero y enero recordó a nuestra iluminada amiga que ya se podía ir olvidando de su primavera.

El frío regresó y la primavera se desvaneció como si de un sueño se tratara. Entonces ella enfermó, vomito viejos fantasmas y se dio cuenta que era invierno y que lo sería por bastante tiempo, pero que antes o después, a tiempo o fuera de él, en abril o el próximo enero, por el este o el oeste, aunque solo fuera por pura estadística o probabilidad... Volvería a salir el sol.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El sol acaba siempre por salir, es su condición. Así como la nuestra tiene que ser la de caminar en pos del lugar donde está dormido para despertarlo e irnos a desayunar con él con su calor en la cara, y no esperar sentados pensando que sería bonito volver a ver la luz.
Un abrazo compañero.