viernes, 9 de enero de 2009

Amor, romanticismo y necedad

El rosa no es romántico. El pasteleo tonto menos aún. Nos han vendido mierda por amor y lo más triste de todo es que nos lo hemos creído. San Valentín, El Corte Inglés y su puta madre.

Lo peor del caso es que se suele cometer muy a menudo el error de valorar al amor tomando en cuenta factores como el tiempo, cuando hay amores que en tres cuartos de hora aportan más que relaciones de 20 años, que no valían ni para 5 minutos, pero que algunos se empeñan en dilatar mediante supuestas buenas intenciones que tienen una única y triste definición: conformismo.

Los amores breves no tienen por qué ser menos intensos y bonitos, y por supuesto su duración no implica que sean menos amores o sean vividos con menor romanticismo. Si las rosas no son menos bellas por que se marchitan pronto ¿Por qué tenemos que alegar lo contrario cuando hablamos de amor?

Con estas líneas no pretendo hacer un alegato contra la duración los amores o el recomendar ponerles fecha de caducidad, sino que se terminen cuando tengan que hacerlo, sean dos horas o 60 años.

Simplemente hago una defensa de los públicamente denostados amores de horas, continua e injustamente equiparados al sexo por el sexo, algo que personalmente considero inadmisible. Hay amores que duran unas horas, otros 30 años y algunos incluso 50 o más. La brevedad bajó ningún concepto implica que no exista algo más que sexo.

Como persona romántica y enamorada del amor no soy capaz de consentir el maltrato que se hace del mismo por necios que jamás han experimentado esa sensación, confundiéndola frecuentemente con relaciones que se dilatan por simple motivo de que los dos protagonistas necesitan otro perro al que ladrar.

Hay mucho más amor en un gesto, en una mirada y en ciertos encuentros sexuales que en la mayoría de matrimonios cristianamente consagrados “para toda la vida”. Necios del mundo, este es un mensaje para todos ustedes: sigan haciendo juicios de valor mientras otros buscamos el amor, lo encontramos a menudo y sobre todo lo hacemos por doquier.

3 comentarios:

Pilar dijo...

Muchas veces el tiempo del amor solo sirve para sembrar odio.
Si el amor se puede medir, el tiempo no es su unidad.

Este es el amor verdadero, el amor sincero, el que no se mide y se disfruta de principio a fin.

Me has llegado al alma con esto Miss, cada día que pasa me doy más cuenta de lo grande que eres¡¡¡ y no porque seas una viejuna... xDD

Un besuco very grande :*

Pilar dijo...

Cerda, que eres una cacho cerda y te lo flipas demasiado :** xDDD

Anónimo dijo...

El amor hace mucho que dejó de ser eso, amor. Si ya hasta se puede comprar!