Muchas veces la mayor tontería parece convertirse en el fin del mundo. De cierto hay bastante poco, todo termina de la misma forma que comienza. ¿El fin del mundo?, yo me siento bien.
Al final todo acaba pasando por mucho que nos empeñemos y esos finales dramáticos se acaban convirtiendo en bonitos recuerdos. Cada quién acaba en su sitio y a veces es más inteligente y saludable quedarse con que nunca dejaremos de formar parte de los recuerdos de quienes hemos querido.
Si fuéramos un animal racional como nos creemos lo veríamos mucho más claro, sobre todo el quitar dramatismo a cosas como la muerte. El mundo se acaba por igual para todos, antes o después, simplemente acaba sucediendo.
La única diferencia es que algunos siguen en el recuerdo y otros simplemente entre los restos de su coche de lujo.
Al final todo acaba pasando por mucho que nos empeñemos y esos finales dramáticos se acaban convirtiendo en bonitos recuerdos. Cada quién acaba en su sitio y a veces es más inteligente y saludable quedarse con que nunca dejaremos de formar parte de los recuerdos de quienes hemos querido.
Si fuéramos un animal racional como nos creemos lo veríamos mucho más claro, sobre todo el quitar dramatismo a cosas como la muerte. El mundo se acaba por igual para todos, antes o después, simplemente acaba sucediendo.
La única diferencia es que algunos siguen en el recuerdo y otros simplemente entre los restos de su coche de lujo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario